Si el cardenal Gerhard Ludwig Müller es “De buena fe” (así se titula el libro escrito con Franca Giansoldati y que sale en estos días editado por Solferino), quizás nos explicará de quién está formado este “círculo mágico” del que habla refiriéndose al Papa. Sobre todo, quiénes son estas personas, porque las palabras del ex prefecto de la Doctrina de la Fe son pesadas.
Las tensiones en el Vaticano continúan después de la muerte del Papa Bendetto XVI. “Hay una especie de círculo mágico que gira alrededor de Santa Marta formado por personas que, en mi opinión, no están preparadas desde el punto de vista teológico”.
Müller se queja, en el libro, de cómo existen canales institucionales “cada vez menos consultados por el Pontífice” y otros más privados “utilizados incluso para los nombramientos de obispos o cardenales”. Un acto de acusación, el del cardenal, también sobre los “castigos” en el Vaticano “sin tener en la mano las pruebas de la culpa”. En el caso Becciu (“humillado y castigado frente al mundo sin que se le haya dado ninguna posibilidad de defensa”), por ejemplo, en el que fueron “despedidos algunos sacerdotes sin razón, de la noche a la mañana”.
Müller indicó también tratamientos diversos en tema de abusos: monseñor Gustavo Zanchetta habría sido objeto “de un estatus privilegiado en cuanto amigo del Papa”. El alemán, que es exponente destacado del ala más ortodoxa de la Iglesia, sostiene también en el libro que “sería el momento” de elegir a una mujer como secretaria de Estado en el Vaticano.
