Europa ha decidido de hacerse oír para salvar a Doñana, el paraíso natural que todo el mundo nos envidia y, en cambio, parece que sufre problemas de supervivencia. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha enviado una severa advertencia a España porque, a su juicio, los ambientes naturales de la reserva no están suficientemente protegidos y sobre todo porque las masas subterraneas de agua están en peligro. Esto se debe a que la extracción ilegal de agua, tanto para uso privado como para la agricultura, pone en peligro el ecosistema.
Si no se cambia, el parque natural más querido de España está en peligro de extinción. Esta es la razón por la que incluso Europa se ha movido ante un silencio nacional – ecologistas excluidos – que raya en el ridículo. El ecosistema, que es fundamental también en las migraciones entre los continentes de las aves, está en peligro y gritar para que el mundo se dé cuenta de ello no es un capricho de pocos, pero la necesidad de muchos que ven en Doñana una riqueza ecológica que ningún país tiene y se descuida en nombre del interés privado.
