Los italianos, cómplices de las eternas dudas del centro-izquierda, ya han elegido, al menos según las encuestas. Después del 25 de septiembre, fecha fijada para las elecciones después de la increíble defenestración del gobierno Draghi, a tejer las relaciones con Europa será el centro-derecha, que nunca ha sido blando con la Unión Europea.
Hermanos de Italia, el partido de la posible nueva premier Giorgia Meloni, según la SWG, se situaría al 23,8% frente al 23,3% del Partido Democrático que hoy correría solo. De hecho, se ha saltado el pacto con Azione de Carlo Calenda que ha llenado las páginas de los periódicos en estos días y no se sabe por qué, teniendo en cuenta que Calenda tendría menos votos que el desastroso Movimiento Cinco Estrellas hoy capitaneado por Conte.
Pero la política italiana es ésta, la atracción para quien tiene pocos votos pero quiere “mandar” el juego está siempre vivo, como ha sucedido y sucede para Italia Viva del ex primer ministro Matteo Renzi, que tendría estimaciones por debajo del umbral mínimo del 3 %. Centro-derecha, pues, a gobernar para levantar un país en fuerte crisis economica y de identidad, con dudas de muchos que se pueda realmente enderezar el barco.
Los tres líderes de la alineación que ganarían las elciones con un total de 46-48%, Giorgia Meloni, el líder de la Liga Matteo Salvini y el siempre presente Silvio Berlusconi, han elaborado un programa de 15 puntos en los que los elementos fuertes son siempre los mismos: flat tax y una fiscalidad más ligeras, la reforma de la justicia, la lucha contra la inmigración irregular.
