La Novák en la visita italiana: “Ninguna ambigüedad sobre la guerra. No quisimos a los rusos en el ’56 y en el ’89. Tampoco los quisiéramos hoy”

Conservadora pero ferozmente pro-atlantista, la presidenta húngara, Katalin Novák, reiteró su posición – y la de su país, a menudo acusado de ser demasiado ‘tibio’ con Ucrania en la guerra en curso – antes y después de los encuentros romanos con su homólogo italiano, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni. “Condenamos la agresión de Putin, la invasión armada de un Estado soberano y decimos eternamente no a cualquier esfuerzo dirigido a la restauración de la Unión Soviética. Esta guerra no es nuestra guerra, sino que también se libra contra los húngaros amantes de la paz. Queremos seguridad, respeto mutuo y prosperidad. Pedimos que se investiguen y castiguen los crímenes de guerra”.

Novák, de 44 años, el Jefe de Estado más joven de Europa, es ciertamente “fiel” políticamente al primer ministro Viktor Orbán, también por sus profundas convicciones cristianas y por haber sido ministra de la Familia. Pero explicó, en una entrevista con el Corriere della Será, la posición de su país en este conflicto. “Para mí, la verdadera pregunta es cómo podemos detener la agresión rusa evitando una tercera guerra mundial. Como miembro de la OTAN y de la Unión Europea, Hungría está al lado de sus aliados” y de Kiev (ha ido y ha traído también ayuda económica de Budapest). La presidenta húngara subraya que “siendo vecinos directos de Ucrania, quizás sentimos la amenaza y la realidad de la guerra de manera aún más aguda” y que “ciento cincuenta mil húngaros viven más allá de la frontera, a este lado de los Cárpatos”.

La solución es “alto el fuego inmediatamente. Pero “la posición unida y fuerte” de los países de la UE debe prever que haya “diferencias. Nuestras posibilidades también son diferentes”.

Y sobre el soberanismo, Novak respondió: “Una identidad fuerte y la afirmación de los intereses nacionales son esenciales. El verdadero desafío para Europa es encontrar la unidad aceptando que nuestra historia, nuestras dotes, nuestras culturas, nuestras formas de pensar son muy diferentes… En cuanto a los intereses nacionales y la identidad, Italia es un buen ejemplo de cuánto valoran los ciudadanos estos valores”.

“Nadie debe idealizar las relaciones ruso-húngaras. Actualmente Moscú nos proporciona el 55% de las necesidades de petróleo y el 80% del gas. Estamos trabajando para reducir sustancialmente esta dependencia lo antes posible. No queremos interferir en la política interior rusa, pero cuando otro país soberano está bajo ataque armado, no podemos permanecer en silencio. Y no nos quedemos callados. Para nosotros, los húngaros, y para mí también, el recuerdo del imperialismo y del ejercicio del poder soviético sigue demasiado vivo. No los quisimos en 1956, no los quisimos en 1989 y tampoco los queremos hoy”.

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