“Qué triste es cuando personas orgullosos de ser cristianos ven a los demás como enemigos y piensan en la guerra”

“Podemos amar a quien nos hace daño. Así lo hacen los cristianos. Y qué triste es cuando personas y pueblos orgullosos de ser cristianos ven a los demás como enemigos y piensan en la guerra”. La reflexión de ayer del Papa Francisco es sobre la “posibilidad” de amar a nuestros enemigos. Jesús “frente a “quienes son enemigos y hostiles, a quienes siempre tratan de hacernos daño” nos pide que vayamos “más allá, mucho más allá del odio y del instinto”. “Amad a vuestros enemigos – subraya citando al evangelista Lucas – haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os tratan mal… A quien te golpee en la mejilla, ofrécele la otra”.

“Si no se reacciona a los prepotentes, todo abuso tiene vía libre”, continúa el Pontífice. Poner la otra mejilla no significa “sufrir en silencio o ceder a la injusticia”, sino denunciarla, apagar juntos el odio y la injusticia, en un supremo acto de perdón y reconciliación. “El amor gratuito e inmerecido que Jesús nos da” nos hace “rechazar toda venganza”. “Nosotros, por desgracia, estamos acostumbrados a guardar en el corazón el rencor que destruye a la persona”.

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