Abascal quiere derogar todo. Leyes y derechos. Para la democracia se verá

Todos hacia atrás. Y nos remontamos no a tiempos alegres, sino a aquellos años treinta del siglo pasado que han derramado sangre y resentimiento y deberían por absurdo inspirarnos el futuro. Esas luchas fratricidas como modelo, parece imposible. Y hoy que toda Europa está dividida en dos (los nostálgicos y el resto del mundo) hay quien sopla sobre el fuego de la disgregación y del odio social. Objetivo: los migrantes, las mujeres, el cambio climático.

Es verdaderamente singular, señor Abascal, que en pleno siglo XXI se tenga que escuchar que el aborto “es un falso derecho”, que los desesperados en las pateras sean detenidos y expulsados inmediatamente (próximamente, imaginemos, bombardeados con cañones de artillería por la Armada), que la ley de violencia de género debe ser abolida.

Revocar es la consigna del líder de Vox y sus seguidores. Borrar la historia española: por un lado, para hacer desaparecer a Pedro Sánchez y a los socialistas de los libros de texto, y por otro, para utilizar el quitamanchas sobre el franquismo que los inspira. Un programa, el presentado por el señor Abascal, todo ello en contra de los convenios internacionales que todos han firmado, pero también en contra del sentido común y está claro por qué. Vox quiere explotar electoralmente esa ira ciega – de odio social, insitigado por la ignorancia – que está dictada por el empobrecimiento.

Y entonces se va a los bloques navales, al desmantelamiento de las autonomías locales – con las competencias sobre educación, salud, seguridad y justicia que deberían, en sus planes, volver al Estado -, derogación de casi todo, del sistema de cuotas para eliminar la brecha de género, de la ley que prevé un consentimiento explícito a las relaciones sexuales, de la ley “trans” y de la ley sobre la igualdad.

Con Europa, Abascal no quiere hablar. Simplemente – lo ha incluido en el programa – rechaza la primacía de la justicia europea sobre la nacional. Es el fundamento de la Europa unida (que quieren hacer saltar volviendo a sus Años de Oro). ¿Qué hará ahora, después de que se haya difundido por todo el país el programa oscurantista de Vox, Alberto Núñez Feijóo? ¿Cómo podrá justificar ante sus electores un pacto tan perverso? Sin embargo, ya en Castilla y León, Comuninad Valenciana y Extremadura trabajan juntos PP y Vox. Vuelven a la mente aquellos procesos posguerra que se hacían en todos los rincones de España e Italia: “Era solo un soldado, cumplía órdenes”. El soldadito esta vez es el PP.

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