Augusto Castellani, una vida para la música sacra

Uno de los más actractivos festivales de música sacra, la Reseña Internacional de Capillas Musicales (Rassegna Internazionale di Cappelle Musicali), fue creado en Loreto por el Comendador Augusto Castellani y también este año su recuerdo iluminará de alegría la semana después de Pascua: una reseña que en nuestros corazones sigue viviendo e inspirándonos.

La extraordinaria intuición, unida a la firme voluntad de instituir en Loreto, su pequeña y santa ciudad, una manifestación musical de alto nivel artístico que pudiera servir para promover la música coral, llevó a Castellani, entonces presidente de la promoción turistica de Loreto, a fundar en enero de 1960 la “Nuestra Señora de Loreto”.

De allí a poco, organizó la primera Reseña, concebida no como concurso, sino como Festival, que se desarrolló en la semana después de Pascua, del 6 al 10 de abril de 1961, comenzando en la Pontificia Basílica de la Santa Casa, lleno de jóvenes cantores de Italia, España y otros Paises del mundo, con el canto de “Oremus pro Pontifice“: quinientos cantores de diferentes ciudades, nunca conocidos entre sí y sin ninguna prueba de conjunto, hacen a ese Oremus, escrito por el maestro Adamo Volpi y dirigido por el maestro Remo Volpi, una perfecta fusión de voces.

Será este el “milagro” que se repetirá durante cuarenta años: desde entonces, sin solución de continuidad, puntual, cada año, con la llegada de la Primavera y de la Pascua, la  Reseña hará cantar bajo las bóvedas de la Basílica Lauretana, en el teatro, por las calles y por las plazas de la ciudad de Loreto, las más bellas voces de las más cotizadas corales del Mundo, una para todas la Capilla Musical Pontificia Sixtina dirigida por el célebre maestro Domenico Bartolucci, querido amigo de Augusto.

Año tras año, hasta el año 2000, Loreto es la “Capital del Canto coral sagrado”, donde se han sucedido hasta 650 grupos procedentes de 46 naciones de 4 continentes, con más de 25.000 cantores. La Reseña se presenta en los años artísticamente cada vez más rica, diversa en los protagonistas que se presentan, pero siempre animada por un mismo espíritu: es un verdadero “encuentro de pueblos” que cantan la Fe.

“He dado cuarenta años de mi vida a la Exposición, con entusiasmo y deseo de hacer que permanecieran intactos en el tiempo, me alegro de habérselos dado”, así dijo Augusto Castellani, bien consciente de haber creado un himno de amor a la Virgen de Loreto, a la que la Reseña estaba dedicada: un encuentro feliz de jóvenes cantores del mundo, una contribución pequeña pero significativa a la unión entre los pueblos en el nombre del Coro sagrado. Gracias Augusto, te debemos.

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