La evolución de la derecha italiana. Ideas también para la política española en el nuevo libro de Enzo Raisi

Hacía tiempo que no leíamos un libro tan sincero y completo, que no omite nada, ni éxitos políticos ni desilusiones, sobre la evolución de la derecha en las últimas décadas. Es un viaje italiano el libro que Enzo Raisi acaba de publicar “La Casta siete voi” (“La Casta sois vosotros”, ediciones Taurinorum, disponible en Amazon), un sufrido acto de amor a un compromiso político militante (de Movimento Sociale a Alleanza Nazionale, camino interrumpido por diputado hace unos días cuando Raisi dejó todo para volver a su actividad de empresario) que exalta la honestidad intelectual del autor boloñés. 

El agradecimiento en el prólogo a los adversarios es el testimonio de ello: “Gracias a ellos he crecido, liberándome de los prejuicios… Ya no tengo certeza, vivo en la cultura de la duda, he alcanzado el objetivo de mi vida”. Ilumina este libro, porque es verdadero y es importante leerlo porque en la historia política italiana hay también reverberaciones de la europea y España, país donde ha elegido vivir desde hace tiempo el autor, está viviendo evoluciones similares. 

Raisi, que tuvo un papel importante en el Parlamento tanto como referente de la derecha histórica como como protagonista de comisiones como la de la matanza de Bolonia de agosto de 1980, mapas de tornasol para verificar la verdadera democraticidad de las instituciones y los jueces, no esconde nada: su (y la de muchos) aversión a los populismos, a la política que no nace de la confrontación y de la base, la sustitución del grupo que comparte valores con la figura del líder único. Del poder de las ideas al poder de los medios, diría. 

La historia italiana, también y sobre todo la de la derecha, ha hecho las cuentas con el pre y el post Berlusconi y con una posible – en algunos casos, cierta – pérdida de identidad. “La Casta siete voi” aclara a los lectores también cómo son falsos algunos lugares comunes, como el que a la derecha voten los “ricos” y a la izquierda los “pobres”, o por ejemplo con respecto a los términos “fascista” y “antifascista” (utilizados a menudo de manera desproporcionada para cubrir un vacío cultural e ideológico). Un libro que además de ser una fiel reconstrucción histórica nos siembra dudas, precisamente: ¿estamos viviendo una política creada “a la mesa”? ¿Tiene sentido ser fiel a la “politically correct” cuando ya hemos probado sus límites? ¿La economía actual de centro-derecha es realmente liberal?

Raisi arroja luz también sobre el debate cultural sobre derecha e izquierda, especialmente cuando explica que muchos hablaban de Nueva Derecha hace ya décadas cuando otros, en ignorancia, acusaban a los “fascistas” de ser seguidores de doctrinas que estos ni siquiera leían, de personajes como Evola que, de hecho, Raisi define “lúgubre”. En definitiva, la derecha ya había “virado” el timón mucho antes de que los adversarios la aceptaran: probablemente para demonizarla y hacer convivir la democracia con fantasmas que no existían.

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