“Confío en usted al 100%, creo que hará muy bien su trabajo”. Copyright del técnico alemán Hansi Flick , quien esta noche, en el encuentro decisivo de su Mannschaft contra Costa Rica (se necesitará la colaboración de España siempre que los ibéricos no quieran expulsar a un potencial rival con un “biscotto” contra Japón, un empate en resumen), dependerá de Stephanie Frappart, de 38 años, la primera mujer en la historia del fútbol en dirigir un partido en el Mundial.
En Al Khor, a 35 kilómetros de Doha, en el estadio Al-Bayt, la francesa hará su debut. Un trío arbitral femenino, con las asistentes de línea Neuza Back y Karen Diaz. “Espero poder dar ejemplo a las árbitras y a todas las chicas que sueñan con esta carrera”, dijo hace años. Fue de palabra. Después de dirigir en la Ligue 1 y la Champions League, llega al máximo escenario mundial junto a otras dos mujeres, la japonesa Yamashita y la ruandesa Mukansanga.
Pero ella es la mejor y sobre todo la primera. En 2014, el primer partido en la Ligue 2, Niort contra Brest, cinco años más tarde Amiens-Estrasburgo en la categoría superior francesa, luego el Mundial femenino de 2015 y los Juegos Olímpicos del año siguiente. A partir de ese momento, el ascenso desde la Supercopa masculina de la UEFA, Liverpool-Chelsea a la Champions League, en la que dirigió, en su primer partido hace dos años, Juventus contra Dinamo de Kiev. Alemania puede estar tranquila y pensar en clasificarse. A menos que España la quiera fuera del Mundial.
