“Ninguno de nosotros puede detener el tiempo”. Después de un mes de preocupación por parte de sus súbditos por no aparecer en público, Elisabeth hizo su regreso entre los mortales. De pie y sin bastón, recibió en Windsor al jefe de las fuerzas armadas Nick Carter, que está a punto de retirarse y confirmó que el tiempo pasa también para ella aunque no sea inclemente.
Un poco de descanso es lo que aconsejan desde hace tiempo los médicos a la más famosa de 95 años del mundo, la Reina Isabel II, evidentemente sin éxito. La monarca británica tuvo que detenerse sin embargo “en los boxes” el domingo faltando a un acontecimiento de indudable importancia, lo que recuerda cada año a los caídos en combate.
Oficialmente ha sido un problema de espalda. El pasado 20 de octubre tuvo que pasar una noche en el hospital y un par de veces fue vista caminando con una vara. Imágenes que nadie en el Reino Unido y en el mundo está acostumbrado a ver, pero que sería natural en una de 95 años si ella no fuera la protagonista, la reina que resistió a las guerras y a los acontecimientos nefastos de todo un siglo.
