El cincuenta y seis por ciento de los consensos y elogios de Trump, el ultraliberal de derecha Javier Milei es el nuevo presidente argentino. “Hoy comienza la reconstrucción de Argentina, es una noche histórica para el país” estas son las primeras palabras de Milei por primera vez en traje y corbata.
“Ladrón”. “Loco mental”. Las dos ideas de país, las de los candidatos, el ministro de Economía Sergio Massa y Milei, se había reducido a esto. Argentina decidió entre un peronista y un anarco-capitalista de claros excesos intelectuales (liberalizar la venta de armas y órganos) y físicos (su enfado contra los técnicos presentes en un reciente show ya es historia de la televisión).
Con una inflación fuera de control al 140% y un país en el que la mitad de la población no tiene medios de subsistencia, los electores argentinos han corrido el riesgo de dejar la nación ya en la primera vuelta en manos de el ultra-Liberal, exponente de una derecha populista que en las previsiones debía revolucionar y en cambio fue superada (36,5% contra 30%) por la coalición peronista de centro izquierda que tiene a Massa como líder.
Milei quiere cancelar las ayudas sociales y suprimir algunos ministerios, entre ellos los de Educación y Salud. El país está cansado de todo, de la pobreza y del peso en caída libre, de la deuda ahora fuera de control y también del tiempo: la sequía de este año ha reducido las exportaciones en un 25%.
