Una moratoria sobre la deuda, gestión sostenible de la pesca y los recursos, desarrollo de nuevas ciudades “resistentes”. España está preparada desde hace tiempo para nuevas colaboraciones en África (“seremos una cabeza de puente de la UE allí”, dijo Pedro Sánchez), estratégica para los recursos energéticos, a pesar del reciente problema de aprovisionamiento con Argelia, y para los comercios: por ejemplo,un proyecto ya iniciado para la integración económica y el libre comercio y otro, Recide, para ciudades modernas en el ámbito de la energía, apoyado por el Banco Mundial. Inversiones privadas que podrían desembocar pronto en un foro sobre sectores estratégicos como las energías renovables y las infraestructuras que necesita el continente.
Entre los diferentes países, uno que interesa de modo particular es Marruecos que está apostando fuerte sobre las energías verdes, parques eólicos y centrales solares especialmente en el Sáhara Occidental: deberían ser la mitad de su entera producción eléctrica en diez años. El país africano ha encontrado recientemente un socio en Israel, con el que ha normalizado sus relaciones, en lo que se refiere a la búsqueda de hidrocarburos en sus costas.
