A sólo tres puntos del Real Madrid, el Sevilla puede soñar, sobre todo después de partidos como el de ayer que son difíciles y parece interminables porque se juega poco y el adversario hace todo lo posible para llevarse a casa un escaso empate. Ciertamente, hay días menos fluidos – quizás de algún jugador clave en el esquema de Lopetegui como sucedió ayer – pero luego llega uno como Papu Gómez y resuelve el problema (ya lo había hecho contra el Celta).

Los merengues madrileños confeccionan todos los domingos victorias así, sufridas, y así ganan los títulos, no con demostraciones continuas de espectáculo. Este Sevilla, en cuanto a colectivo, no tiene nada que envidiar a los hombres de Ancelotti, especialmente cuando Martial (ayer decisivo en la asistencia a Rafa Mir, pero con muchos márgenes de mejora) demostrará todo su potencial, En-Nesyri va a tener mejores días y no va a haber las mismas emergencias de siempre. Con suerte esta noche el Sevilla estará a menos de tres o menos cuatro del Madrid y algunos remordimientos por los cuatro puntos perdidos con el Celta y Osasuna hay.

Pero son sólo contratiempos en un camino de aquí a mayo que será interminable como el partido de ayer y tenemos la certeza de que al final ganará quien haya demostrado ser un grupo firme con la convicción de que puede competir por todas las metas. El entusiasmo puede hacer el resto. Tecatito y Papu, si continúan en estos niveles, también.

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