Finalmente, la presión de los aliados llevó a Alemania a tomar una decisión. O mejor dicho, una solución “tercera” que satisface a los Estados Unidos y, por supuesto, a Ucrania y no penaliza a los alemanes: si Varsovia pide la autorización, Berlín enviará a sus tanques Leopards.
“Si se nos hace la petición, entonces no nos opondremos”, dijo la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock. “Sabemos lo importantes que son estos tanques y por eso estamos discutiendo esto ahora con nuestros socios. Debemos asegurarnos de que se salven las vidas de las personas y se libere el territorio de Ucrania”. Un compromiso, un acto de fe muy tibio.
En Italia, el decreto ley que autoriza el envío de armas a Ucrania también para el año en curso será aprobado por la Cámara el jueves, después del sí del Senado. Algún malestar, pero “el sexto decreto será compartido por casi todos. Dará a los ucranianos la oportunidad de defenderse de los ataques aéreos. Significa misiles que derriban otros misiles”, comentó el ministro de Defensa, Guido Crosetto.
