“Las personas dicen mentiras para salvarse porque no quieren enfrentar las consecuencias de sus acciones o para proteger a alguien… Para algunas personas las mentiras son inherentes a su naturaleza y prefieren vivir su vida en la mentira, en una realidad ficticia porque resulta ser mejor que la verdadera. En tales casos, a menudo las personas ni siquiera se dan cuenta de que están mintiendo. Si lo pensamos bien, cada uno de nosotros ha dicho mentiras para bien o le ha sucedido que está convencido de decir la verdad”.

Giovanni Albertini, psicólogo veronés de 35 años, es desde ayer el nuevo campeón italiano de mentiras. El singular concurso se celebra cada año en Le Piastre, en la provincia de Pistoia y celebra, como informa el Corriere del Veneto, “la vida verdadera que es más mentirosa que la mentira misma. De hecho, la realidad a menudo supera con creces la fantasía, por lo que cuanto más paradójica es la mentira, más funciona”, como señala el propio Albertini, que en este momento está listo para un lugar destacado en Roma.

La sutil discriminación entre la verdad y su distorsión natural, la mentira (para salvarse, para crear una realidad ficticia, para protegerse), está en las crónicas nacionales de todos los días. Tomemos por ejemplo el caso de la inundación en Emilia Romagna: ¿quién dirá la verdad entre la primera ministra Giorgia Meloni que dice haber destinado 4500 millones para las pobres víctimas de la tragedia y el gobernador emiliano Stefano Bonaccini que declara que los euros nunca llegaron?

¿O el caso de los dos suicidios en la cárcel de Turín por el que el ministro de Justicia, Carlo Nordio, dijo rápidamente que “no hay nada más insondable que la mente humana cuando decide emprender un gesto de este tipo”? En definitiva, ¿quién ha dicho la verdad entre él y aquellos (las asociaciones de voluntarios que se ocupan de los detenidos) que afirman que el malestar psíquico de las reclusas era evidente y seguido mal?

¿Y dónde está la verdad y la mentira en lo que se han dicho reunidas en una mesa (o no dichas) mayoría y oposición sobre el ingreso mínimo? Pero, ¿nos explicarán, algún día, cómo fueron las cosas realmente? Albertini dice que comenzó a mentir desde niño. Sabe muy bien que, a pesar de una gran habilidad técnica, hay campeones nacionales que pueden derrocarlo en cualquier momento. Si solo participaran en el concurso de Pistoia.

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